
Una caja de 5 velas aromáticas.
Los cinco elementos es una colaboración entre la perfumista Pauline Rochas y la artista multidisciplinaria Tasya Van Ree.
Rochas explora la sanación a través de la sabiduría ancestral y los rituales del aroma, mientras que la obra de arte de van ree está impregnada de mensajes místicos y elementos de otro mundo.
Ambos están inspirados en el poder de la naturaleza.
Las cinco velas aromáticas representan los cinco elementos de la naturaleza: tierra, agua, aire, fuego y éter.
Al encenderse, estos aromas evocan una adoración primordial a los dioses y resuenan con el misterio infinito de la madre tierra.
ETHER
Quietud. No hay firmeza de la tierra, ni frescura del agua, ni calor del fuego ni el aliento del aire. El éter es la esencia del vacío. En este espacio somos sostenidos y contenidos. A diferencia de los otros cuatro elementos, el éter es ilimitado y omnipresente. Ilimitado. Tanto nada como todo. Es el más intangible de todos los elementos y, sin embargo, es aquí donde el potencial y las oportunidades infinitas dominan. Podemos hacer que cualquier cosa y todo suceda. En el corazón de esta vela arde la estimulante “Immortelle”, también conocida como la flor eterna. Tiene una cualidad ligera y brillante. En tiempos antiguos, esta flor se ofrecía a los dioses, creando una conexión entre lo físico y lo espiritual. Siente la pausa entre las respiraciones y experimenta una sensación de conciencia superior.
TIERRA
La Tierra nació del Caos. Ella creó de manera independiente los vastos mares, los cielos abiertos y las montañas verticales. Este fue el punto de partida. Donde comenzó toda la vida. El elemento primordial. De todos los elementos naturales, la tierra es la más materialmente sólida. Con ella vienen la estabilidad, la fertilidad y la salud. Es nuestro hogar. El chakra raíz representa la tierra. Si cuidamos nuestras raíces, podemos evolucionar y florecer con abundancia. Mantente firme con convicción. Esta vela presenta notas amaderadas de árboles altos con raíces profundas y robustas. El labdanum, el oud y el pachulí añaden facetas animalísticas, almizcladas y de cuero que nos reconectan con el plano físico. Con nuestro pasado. Podemos sentir la tierra bajo nuestros pies y saber que estamos apoyados.
AIRE
Aunque no podemos tocarlo, está a nuestro alrededor. Inspiramos. Espiramos. El aire es el punto de partida y el punto final de todas nuestras vidas. A veces, recordamos su existencia a través de brisas cálidas y perfumadas y vientos salvajes y tempestuosos. Se conjuran y transportan nubes. Los cielos se transforman. Es símbolo de conocimiento, percepción, comunicación y estrategia. El aspecto del visionario y espíritu libre. Necesitamos airear nuestras mentes y dejar que entren verdades frescas. Nuevas vistas. Las fragancias cítricas componen esta vela. Son ligeras, aireadas y frescas. Elevadoras. A través de sus aspectos brillantes y vigorizantes, tienen un efecto positivo en el bienestar y aclaran el pensamiento. Para experimentar el aire, simplemente comienza por respirar.
AGUA
Un limpiador celestial con cualidades curativas y purificadoras. Agua. La sentimos mientras calma tanto nuestra mente como nuestro cuerpo. A pesar de su innata suavidad, tiene el poder de extinguir las llamas del fuego. Los paisajes y las rocas se transforman. Los bordes ásperos se suavizan. Donde fluye el agua, la vida brota y florece a su alrededor. Las vastas extensiones de océanos, lagos y mares siempre han tenido una fascinación y un atractivo para los aventureros audaces. El agua gobierna nuestro planeta, nuestros cuerpos, pero también el chakra sacro, la fuente de la alegría, el placer, la sensualidad y la creatividad. Favorece el flujo, la fluidez y el cambio. Esta vela captura una promesa de frescura floral y terrosa mientras la lluvia empapa el suelo. Ingredientes especiados añaden vigor. Nosotros también podemos dejar que el agua nos lave y ser regenerados.
FUEGO
Bajo el sol del mediodía en el desierto, entendemos el calor seco del fuego. El fuego es uno de los elementos más poderosos. Hay transformación y destrucción, y una fuerza elevadora de reverencia. Es el símbolo de la divinidad y del deseo carnal. El fuego representa la luz que ahuyenta la oscuridad. Nosotros también tenemos nuestra propia llama interior: nuestro chakra del plexo solar. Esto invoca dinamismo, energía y pasión. Es nuestro centro de autoestima, poder personal y fuerza interior. Con este fuego interno, existe la voluntad de perseverar. También existen nuestros deseos.
El acorde oscuro de cuero de esta vela perfumada emana una madera quemada ahumada que es animalística, resinosa y sensual. Junto con una nota de incienso, arden para unir nuestro divino con nuestros deseos.
Quemado y cuidado: Para una mejor experiencia de quemado, recorte la mecha de la vela antes de cada uso. Todas las velas están fabricadas en Francia y están hechas de una cera negra semiblanda que permite la mejor liberación de la fragancia.
CERAS VEGETALES, PERFUME